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La macrobiótica mediterránea, ¡y sus grandes secretos!

La macrobiótica mediterránea

Últimamente se habla mucho sobre la macrobiótica mediterránea, pero, ¿es tan diferente de la que ya conocemos? En muchos pueblos de las costas del Mediterráneo se sigue esta dieta, y es dónde se encuentra la mayor población de personas centenarias. ¿Será que es el gran secreto para vivir más y mejor?

La dieta macrobiótica mediterránea VS la macrobiótica tradicional

¿Es posible que la macrobiótica mediterránea sea mejor que la tradicional? Los expertos difieren mucho en este punto. Sin embargo, no se pueden negar los fantásticos resultados que han dado en los pueblos de la zona, permitiendo a la gente llevar una vida más sana y vivir más tiempo.

Es curioso comprobar que mientras que en la macrobiótica tradicional no se recomienda, en absoluto, ningún lácteo, los pueblos del mediterráneo consumen queso y leche de cabra. Es más, dichos alimentos macrobióticos les otorgan diferentes beneficios:

  • Riqueza en oligosacáridos, que son buenos para la salud intestinal
  • Nutrientes como el calcio, potasio y triptófano.
  • Su perfil nutricional es parecido al de la leche humana.
  • Hipoalérgica, por lo que es mejor tolerada por aquellos que son intolerantes a la lactosa.
  • El cuerpo recibe sustancias que protegen de enfermedades inflamatorias, como trastornos cardiovasculares o el Alzheimer.

Es más, encontramos muchísimas más diferencias, como que en la tradicional no se consume apenas pan, sino cereales en grano, mientras que la mediterránea consumen más pan y sin sufrir los efectos de exceso de mucosidad, estancamiento o aumento del colesterol.

Hay otras muchas diferencias entre ambas:

  • No se recomienda el consumo de alcohol (dos o tres vasos de vino a la semana), mientras que los pueblos de esta zona consumen entre uno y dos vasos de vino tinto al día.
  • Tampoco se aconseja la ingesta de infusiones, sino más bien té bancha o kukicha, té de arroz o de cebada. Y, en cambio, la zona del mediterráneo consume una gran variedad de infusiones elaboradas con plantas de la zona.
  • De forma drástica, en la tradicional se excluyen las solanáceas, esto es, el tomate, la patata, la berenjena y el pimiento. Y, sin embargo, los pueblos del mediterráneo los consumen.

Una diferencia un tanto drástica, ¿verdad? Ambas, de igual manera, aportan diferentes beneficios al organismo. Y esto hace que los diferentes expertos duden sobre cuál es la mejor.

Los alimentos en la macrobiótica mediterránea

Los alimentos en la macrobiótica mediterránea

Supongamos que has decidido seguir una dieta mediterránea y macrobiótica, ¿qué es lo que tendrías que incluir en tu alimentación?

  • Leche de cabra, pero solo la de animales alimentados con pastos
  • Queso de cabra y oveja, de animales alimentos con pastos como en el punto anterior
  • Pan elaborado con masa madre, y harina integral de trigo.
  • Solanáceas, como tomates, berenjenas, patatas y pimientos.
  • Las habas, la típica legumbre del Mediterráneo.
  • Infusiones elaboradas con hierbas autóctonas, como la manzanilla, el romero, tomillo, olivo, salvia…
  • Miel natural, solo si no está hervida ni filtrada mediante procesos industriales.
  • 2 vasos de vino tinto al día
  • De 2 a 4 cucharadas de aceite de oliva al día

Estos son, principalmente, los añadidos que debe incluir tu dieta diaria. Cómo ves, no estamos hablando de una cocina macrobiótica mediterránea elaborada, ni de ningún tipo de dieta tradicional. Se trata de incluir simplemente algunas costumbres en tu alimentación diaria.

Los puntos en los que la macrobiótica tradicional y mediterránea coinciden

Macrobiótica tradicional y mediterránea coinciden

A pesar de que parecen ser tan diferentes, si ahondamos un poco más, comprobaremos en que hay varios aspectos en los que ambos tipos de macrobióticas coinciden:

  • Ambas dietas están basadas en plantas, por lo que la mayoría de los alimentos provienen de vegetales, ya sean verduras, frutas, legumbres o cereales en grano. Los alimentos de origen animal no se excluyen, pero sus cantidades son muy pequeñas.
  • Gran protagonismo de las legumbres, como los garbanzos, las alubias y las lentejas.
  • Se consume poca carne y pescado, como mucho una vez a la semana.
  • En ambos casos se recomienda no acabar lleno 100%, sino parar de comer cuando estamos al 80%.
  • Consumo de alimentos naturales, nunca procesados. En el caso de estos últimos, que se hayan elaborado siguiendo los métodos tradicionales, como la fermentación.

Cómo podrás apreciar, aunque en los puntos anteriores te hemos demostrado que son muy diferentes, el trasfondo es el mismo. Por lo que podemos considerar que ambas son iguales de válidas y buenas para la salud.

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